“Cultivamos oxigeno para la sociedad”
Obra social San Enrique de Ossó
280 niños del barrio Golondrinas tienen un almuerzo digno gracias a la Comunidad de los Padres Trinitarios y la Comunidad Teresiana de Envigado.
La comunidad del barrio Golondrinas es una comunidad de alto grado de vulnerabilidad debido a la carencia de recursos económicos; “la mayoría de las madres consiguen su alimento en recorridos que realizan a la plaza minorista y plazas de mercado” asegura Luz Helena Mesa Villa, madre cooperadora de la obra social San Enrique de Ossó, obra social de la Comunidad Trinitaria y la Comunidad Teresiana de Envigado.
El proyecto fue formulado por la Comunidad Trinitaria, que lleva 40 años en la Comuna 8 ofreciendo ayuda alimentaria educativa y espiritual, y contó con el apoyo del padre José Ignacio Ortega, el padre Iván Mantilla, y el padre Ramón Garay quienes gestionaron los recursos y en convenio con la comunidad teresiana y el laicado teresiano construyeron la sede. “el proyecto buscaba la promoción de la mujer y la infancia, reconocer el trabajo de las manualidades, alfabetización y ayudar con la alimentación a la comunidad” aseguró el padre Alexander Córdoba Supervisor de la Comunidad en Medellín.
“Al inicio se ofrecía un pequeño refrigerio, pero con el paso de los días, y con el incremento de la demanda de la comunidad se amplió al almuerzo” agrega luz, quien lleva siete años acompañando de forma voluntaria el proyecto, y quien en conjunto con otras cinco personas preparan el almuerzo para 280 niños entre los seis meses y los doce años de sectores como el Faro, la Torre y Golondrinas. “somos consientes de que la gran mayoría permanecen solos en su casa y ésta es la única comida que tienen en todo el día, por eso estamos aquí, porque sabemos que le estamos satisfaciendo una de sus necesidades, hacemos amigos y nos sentimos alegres” concluyó.
Los niños son atendidos en tres turnos de lunes a viernes, existen familias que tienen hasta seis de sus hijos dentro del programa; los Padres Trinitarios son quienes aportan el mercado la mayor parte de año y las Hermanas Teresianas lo hacen en temporadas vacaciones, los padres de familia asumen el pago de 1000 pesos semanales como un compromiso de llevar los niños, recursos que son destinados a darles una bonificación a las personas que preparan los alimentos.
Para Flor Emilse Cadavid madre de Jeison Alejandro beneficiario, el restaurante es una gran oportunidad para que su hijo tenga acceso a una buena alimentación. “este barrio es algo pobre y la gran mayoría no puede ofrecerle un buen almuerzo a su hijo, por eso es importante”. Tanto para Emilse como para Luz existen muchas carencias, entre ellas la necesidad de un Nutricionista permanente y más dinero para ampliar la cobertura.
“sabemos que los niños son como un arbolito, y buscamos aportarle a su crecimiento desde la alimentación, un niño bien alimentado será mejor estudiante, y tendrá mejores oportunidades, estamos cultivando oxigeno para la sociedad del futuro” concluye el padre Alexander Córdoba.
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